Amor de Fábula,
empezó y terminó en la nada,
relación sutil e inverosímil,
adornada de hojarascas,
entrelazada entre bejucos,
cuyo sonido más intenso
es una melodía diluida,
desvanecida por el óreo,
por el vaivén susurrado,
de nuestros idilios soñados,
al borde de una vida resuelta,
casi resuelta,
que las olas se encargan presto
de rasgarlas de tajo.
Amor de fàbula,
nuestra canción es infinita,
largada en la densidad del silencio,
que a su vez asumirá el todo,
de volcar el pensamiento al destino
paralelo de mùltiples dimensiones,
que seguirá contando y
seguirá llevando tántos suspiro
celestiales a un planeta sumiso,
más bello y encantador,
libre de temores,
con su lluvia de colores que
pintan al holístico el torrencial complejo,
y desliza suavizado más allá del
horizonte azul profundo,
cromado en su aquarela,
en arcoiris de cuento,
en final sin tiempo y pleno...
en amor de fábula.
Respeto la distancia,
la constelación claroscura,
el corazón indispuesto,
el pensamiento yuxtapuesto,
la ilusoria doble vida,
las respuestas al vacío,
el sentimiento intrépido,
la plenitud compartida el
renacer al espejo,
el redoblar de tambores,
el susurro sensacional,
el frenesí espiritual,
todo ello encantado y pleno...
en Amor de Fábula.