28 de junio de 2007

** Los Dos Gatitos **

Había una vez un gatito que vivía en una cueva del bosque. Un buen día, recibio una carta de un pariente suyo que residía en la ciudad; en ella, le anunciaba su proxima visita. Muy contento de poder ver a dicho pariente, empezó a buscar comida, con el fin de agradar a su visitante. Sus amiguitos le ayudaron a encontrarla. Llegó el pariente, orgulloso y condescendiente. Acostumbrado a los refinados manjares de la ciudad, no estimó lo suficiente la comida que su anfitrión le ofreció. Antes de marcharse, el pariente de nuestro gatito le invitó a devolverle la visita. Ya en la ciudad, el gatito del bosque se las vió y se las deseó para encontrar el domicilio de su pariente. Ruidos, sobresaltos, pisotones de la gente, amenazas contínuas de los coches ... todo esto le puso muy nervioso. Su pariente le recibió amablemente y le obsequió con un formidable banquete; una larga mesa repleta de los mas exquisitos manjares, llenaba el comedor. En plena comida, el ama de llaves del gato ciudadano, entró chillando y agitando una escoba; un perro callejero la perseguía, lleno de rabia. Muy nervioso y atemorizado, nuestro gatito regresó a su casa del bosque. Pensó que no valía la pena rodearse de tanto lujo y riqueza, a costa de perder la tranquilidad y la paz interior. Prefería seguir viviendo como hasta ahora. Probablemente, su pariente de la ciudad acabaría enfermo de los nervios, o con úlcera de estomago. El, en cambio, seguiría tan contento y saludable como siempre. Estamos rodeados de comodidades; por eso no apreciamos a quienes viven con austeridad. Quizá empezamos a comprender que los bienes materiales no dan la felicidad.

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